Llivia. Gerona, (Espana), 1957
Vive y trabaja en Palma de Mallorca, donde tiene su estudio de escultura.
Josep Maria Sirvent es un ingeniero de sencillez esencial en el tratamiento de elementos naturales como son los diferentes tipos de granito, mármol, acero corten y hierro. Su obra crea un sólido equilibrio entre la contundencia de la fortaleza y el carácter mítico de lo primigenio, en el que aparece un diálogo reservado o incluso un abrazo, entre piedra y metal. Esta unión que manifiesta el origen común, no presenta jerarquías o diferencias, pero si complementariedad, harmonía y elegancia.
Llivia, un pueblo del Pirineo en la comarca catalana de la Cerdaña, donde el hierro y el granito conforman el paisaje natural, representa un punto de partida en la obra escultórica de Sirvent. En esta etapa, el artista trabaja con ambos materiales fusionando en sus obras lo que para el representan. Por un lado el hierro símbolo de fuerza, equilibrio y solidez, y por otro, el granito, símbolo de pureza, maleabilidad y ambivalencia.
A partir de principios de los noventa, superada esa primera etapa, Sirvent realiza su obra, piezas en las que perdura su unidad en materiales y en estilo y que se caracterizan por la rotundidad, la depuración formal y la monumentalidad. Monumentalidad, austeridad, sobriedad y rudeza son los elementos que caracterizan su obra, y que se explican en la geometría y los materiales propios de su tierra natal.